Árboles de la Reserva
El Guaimaro, conocido científicamente como Brosimum alicastrum, es un árbol robusto que puede alcanzar alturas de hasta 40 metros. Su tronco es recto y grueso, con una corteza de color gris a marrón oscuro que se desprende en pequeñas escamas. Las hojas son simples, alternas y de forma elíptica, con un color verde oscuro y una textura coriácea. Las flores son diminutas y poco llamativas, agrupadas en inflorescencias. El fruto es una drupa redonda y carnosa, de color amarillo a naranja, que contiene una semilla grande y comestible. En las culturas prehispánicas, se decía que si estos árboles tenían iguanas o serpientes, el fruto sería provechoso, augurando también prosperidad para el ganado.
El Guaimaro se encuentra en las regiones del Caribe y la Amazonía, así como en los Llanos Orientales y la región Andina. Prefiere climas tropicales y subtropicales, y es común en bosques húmedos y secos, así como en áreas perturbadas y secundarias. Este árbol es crucial para el ecosistema, sirviendo de hogar y fuente de alimento para diversas especies de fauna. Sus frutos son consumidos por murciélagos, monos, aves y roedores, quienes a su vez ayudan en la dispersión de sus semillas. Además, el Guaimaro establece una relación simbiótica con hongos micorrízicos, que mejoran la absorción de nutrientes del suelo.
Las semillas, conocidas por su alto valor nutricional, son utilizadas para preparar harinas y bebidas ricas en proteínas y vitaminas. Las hojas y la corteza tienen propiedades medicinales; las infusiones de hojas se utilizan para tratar problemas digestivos y respiratorios, mientras que la corteza se emplea como astringente y para curar heridas.
El Guaimaro, conocido como el "árbol de la vida", es fundamental para mantener la biodiversidad de los bosques. Sus profundas raíces le permiten adaptarse a ambientes secos y mejorar la fertilidad del suelo. Es una especie clave en la lucha contra el cambio climático gracias a su capacidad para capturar y almacenar carbono de manera efectiva. El Guaimaro puede transportar el dióxido de carbono (CO2) desde la atmósfera hasta el suelo, convirtiéndolo en piedras de carbonato de calcio (CaCO3) con la ayuda de hongos y bacterias, almacenando el carbono por miles de años.
Una antigua leyenda Wayúu dice que el Guaimaro fue un regalo de los dioses para asegurar la prosperidad de su pueblo. Según la leyenda, cuando los dioses vieron a los Wayúu sufriendo por la falta de alimentos, enviaron un espíritu protector que plantó el primer Guaimaro. Desde entonces, el árbol no solo proporcionó sustento con sus nutritivos frutos, sino que también se convirtió en un símbolo de vida y abundancia. Se dice que donde crece un Guaimaro, hay prosperidad y bienestar, un legado que los Wayúu transmiten de generación en generación.
Taxonomía:
Reino: Plantae
División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Rosales
Familia: Moraceae
Género: Brosimum
Especie: B. alicastrum
Nombre Científico: Brosimum alicastrum
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